El Festival de Cannes clausuró su 78 edición dejando para la posteridad grandes momentos, como la entrega de la Palma de Oro de Honor a Robert de Niro o el apagón vivido en el sureste de Francia durante la clausura. Sin embargo, este año será recordado por el sólido reconocimiento al talento iberoamericano y, muestra de ello, es la entrega del Premio del Jurado (Ex-Aequo) a Sirat, de Óliver Laxe. Nacido en Francia y criado en Galicia, este director ha triunfado en el festival francés con todas las películas que ha presentado hasta el momento. Lo hizo en 2010 con Todos vós sodes capitán, que se llevó el Premio FIPRESCI; en 2016 ganó el Gran Premio de la Semana de la Crítica de Cannes por Mimosas y, tres años después, se hizo con el Premio del Jurado de la sección Un certain regard con O que arde. En esta ocasión, y mediante una road movie, Sirat hace viajar al espectador por el desierto de Marruecos a través de la historia de un padre que busca a su hija desaparecida. La película fue también reconocida con el Cannes Soundtrack Award, un premio independiente que valora la mejor banda sonora de la sección oficial, compuesta, en este caso, por Kangding Ray.
El cine brasileño también fue uno de los grandes protagonistas de la gala del cine. Así, Kleber Mendonça Filho fue galardonado como Mejor Director por O Agente Secreto, un thriller político ambientado en la década de 1970, mientras que Wagner Moura obtuvo el premio al Mejor Actor por su papel en la misma película.
La Palma de Oro recayó sobre Un simple accident, de Jafar Panahi, y el Gran Premio fue para Sentimental Value, de Joachim Trier, título que se consiguió una ovación de 20 minutos tras su proyección, hecho excepcional que recordó a los 22 minutos de aplausos ininterrumpidos que acumuló El laberinto del fauno en 2006. Junto a Sirat, el Premio del Jurado (Ex-Aequo) fue también para Sound of falleing, de Mascha Schilinski. Por su parte, los hermanos Luc y Jean-Pierre Dardenne se hicieron con el Premio a Mejor Guion; Nadia Melliti consiguió el galardón a Mejor Actriz, y Bi Gan recibió un Premio Especial por su largometraje de tintes oníricos Resurrection.
El cine iberoamericano siguió triunfando más allá de la clausura de Cannes, y lo hizo en Un certain regard, donde el chileno Diego Céspedes se alzó triunfante con La misteriosa mirada del flamenco, que se llevó el premio homónimo a la sección en la que competía justo un día antes de hacerse público el gran palmarés. Este largometraje, producido entre Chile, Francia, Alemania, España y Bélgica, trata la homofobia vivida desde el seno de una familia queer en lo que muchos ya han catalogado como un ´western moderno de tintes ochenteros´. Además, este proyecto, producido por Giancarlo Nasi, de Quijote Films, fue seleccionado en el programa de EGEDA PLATINO go to AFM en 2023 durante su primera edición, celebrada tras la pandemia. Esta productora, además, ha obtenido otros premios destacables, como el Oso de Plata Gran Premio del Jurado del 75 Festival Internacional de Cine de Berlín con la película O último azul, producida entre Chile, Brasil, México y Holanda.
Por su parte, y también dentro de la sección Un certain regard, el Premio del Jurado fue para Un Poeta, dirigida por el colombiano Simón Mesa Soto. La cinta narra la obsesión por la poesía de Oscar Restrepo, que acabó sucumbiendo al cliché de ´poeta maldito´. Igualmente, Cleo Diára se hizo con el galardón a Mejor Actriz por la película portuguesa O Riso ea Faca, dirigida por Pedro Pinho. El palmarés lo completaron Frank Dillame, con el Premio a Mejor Actor; Harry Lighton, con el reconocimiento al Mejor Guion; y Arab y Tarzan Nasser, triunfantes en la categoría a Mejor Director por su obra Once upon a time in Gaza.
Bajo esta lluvia de premios, la 78 edición del Festival de Cannes llegó a su fin con un éxito que, además de reafirmar la posición del cine iberoamericano en el panorama internacional, anticipa una temporada prometedora para estas películas en festivales y salas de todo el mundo.
Fotografía: FDC